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340 representantes de grupos Emaús de 34 países de cuatro continentes participan del momento más importante de la dinámica democrática del movimiento. Durante cinco días participarán de debates y talleres, conversarán y decidirán las orientaciones de Emaús Internacional hasta el 2025.


“Bienvenidos a América Latina, bienvenidos a Uruguay”. Con estas palabras, Manuel Gavilán, presidente de la región América, inauguró, este lunes 9 de mayo, la segunda fase de la Asamblea Mundial 2022, que se desarrolla en Uruguay hasta el 13 de mayo. Es la primera vez en la historia de Emaús, desde su creación en 1971, que esta instancia se desarrolla en América Latina. Como lugar de encuentro para los primeros cuatro días se eligió el Hotel Argentino en Piriápolis (Maldonado, Uruguay) frente al Río de la Plata en conmemoración del naufragio del Abbé Pierre en 1963.

La implicancia de esta asamblea es primordial. En este encuentro se votarán las orientaciones del movimiento para 2021-2025, a partir de las primeras líneas presentadas en la Asamblea General virtual de 2021. El programa incluye debates sobre temas internos de Emaús como las enmiendas de los Estatutos, que se presentarán a votación en la Asamblea General Extraordinaria, así como cuestiones externas que afronta el movimiento internacional, como desafíos medioambientales, económicos, sociales y democráticos. Los debates y talleres están articulados en torno a cuatro “palabras de inspiración”: existir, resistir, implicarse y transmitir. 

En esta oportunidad, la asamblea reunió a 385 participantes. Del total, cerca de 340 personas son representantes de grupos Emaús de 34 países diferentes de cuatro continentes: tres países de Asia, siete de América, nueve de África y 15 de Europa. Una cifra que sobrepasó por completo las expectativas, subrayó la delegada general de Emaús Internacional, Nathalie Péré-Marzano y agregó: “Es algo formidable y maravilloso”.

Gavilán sostuvo que para las y los integrantes de Emaús América llevar adelante esta instancia “ha sido un enorme compromiso” y a la vez una “enorme alegría”. El presidente de la región América deseó a los presentes un “buen trabajo y reflexión”, así como un “buen intercambio” durante los próximos días para “definir las propuestas de Emaús para el futuro”.

Por su parte, Carlos Barrios, delegado de la Federación Emaús Uruguay, celebró que la asamblea se pudiera concretar después de más de dos años de espera. Sostuvo que para Uruguay, como país anfitrión, fue “un gran desafío”. En su oratoria, Barrios apuntó que frente al “mundo desigual e injusto, con una brecha muy marcada entre ricos y pobres, la justicia social, el compromiso político y la solidaridad deben ser las banderas del movimiento”. 

El presidente de Emaús Internacional, Patrick Atohoun, estuvo a cargo de las palabras de cierre de la mesa de inauguración. “Al fin estamos aquí”, dijo Atohoun al comienzo de su discurso y recordó que esta Asamblea Mundial en Uruguay está planificada desde 2020, pero que por las circunstancias generadas por la pandemia por covid-19 tuvo que aplazarse. 

El presidente de Emaús Internacional sostuvo que esta instancia es una oportunidad para “reafirmar la voluntad común del movimiento contra las causas de la pobreza, reflexionar sobre los valores y definir estrategias solidarias para transformar la sociedad”. En esa misma línea, destacó la publicación del informe mundial “Las voces de Emaús”, el 17 de octubre de 2021 en el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que recoge las voces de personas en situaciones de mayor vulnerabilidad y presenta alternativas y reivindicaciones para salir de la pobreza.

El presidente de Emaús sostuvo que en los últimos dos años la acción diaria de los grupos Emaús alrededor del mundo se vio “significativamente” impactada por la crisis sanitaria por covid-19, pero que, de todas formas, ninguna organización miembro dejó de funcionar y desplegó acciones para responder a las necesidades sociales. No obstante, manifestó que estas circunstancias dejaron a la vista “fragilidades dentro del movimiento”, que implican “repensar nuestras formas de solidaridad en un contexto de crisis superpuestas”. En ese marco, esta asamblea se presenta como la oportunidad para pensar “qué movimiento internacional queremos construir y cómo podemos garantizar que funcione bien, desarrollar alternativas que den a nuestro movimiento nuevas formas y espacios de vida para responder a las necesidades de las poblaciones en situación de vulnerabilidad”, expresó.

Atohoun dedicó unas palabras a las y los integrantes de Emaús de Ucrania, que atraviesan una situación de extrema dificultad por la guerra con Rusia. “Todos nos hemos sentido impresionados por la resistencia del pueblo ucraniano y lamentamos las consecuencias de esta crisis en la vida de las personas”, sostuvo y agregó que el impacto de la guerra no solo afecta a las y los ucranianos, sino a todo el mundo por el “encarecimiento de vida”, “el peligro del equilibrio geopolítico” y el “descontrol de los precios de energía”.

Al finalizar su oratoria, el presidente de Emaús Internacional invitó a las y los participantes a hacer un minuto de silencio en homenaje a integrantes del movimiento que fallecieron por diferentes razones en los años posteriores a la Asamblea Mundial de 2016. "Queremos pensar en ellos, que durante 50 años o más han dado mucho de sí en las luchas del movimiento y han transmitido su riqueza", dijo.

Espacio de memoria

Luego de la inauguración de la Asamblea Mundial, se desarrolló un evento conmemorativo del naufragio de julio de 1963 en el Río de la Plata al que sobrevivió el Abbé Pierre durante uno de sus viajes a América Latina. Luego de este accidente, el Abbé Pierre comenzó a preocuparse por estructurar el movimiento. Se puso en contacto con integrantes del movimiento de todo el mundo. Así, por primera vez, entre el 24 y 25 de mayo de 1969 se reunieron en el Palacio Federal de Berna (Suiza) 150 representantes de 70 grupos de 20 países distintos.

Por eso, la celebración de esta asamblea en Uruguay tiene un gran valor simbólico para el movimiento. Además, América Latina es el lugar principal y el más antiguo de implantación de Emaús fuera de Europa, donde ya existían asociaciones antes del reconocido llamamiento de 1954. En Uruguay, en 1950 el sacerdote jesuita Atanasio Sierra sensibiliza a la población sobre la problemática de los asentamientos informales y en 1954, junto con un grupo de estudiantes, funda la asociación Emaús, que trabaja en los barrios más vulnerables de Montevideo.

Renzo Fior, ex presidente de Emaús Internacional, sostuvo que si bien el movimiento de Emaús se gestó lejos de América Latina, en Francia, el naufragio del Abbé Pierre en el Río de la Plata fue un momento crucial para el impulso del movimiento. "Este suceso llevó al Abbé Pierre a crear algo que ya existía en su corazón”, expresó. 

“El Abbé Pierre a raíz de sus experiencias ya tenía una visión global y universal. El decía que había que dejar una abierta para tomar conciencia del mundo exterior, que no implica solo a nuestros vecinos, se extiende más allá de nuestros horizontes. La solidaridad y la defensa de los derechos humanos no debe conocer fronteras”, expresó Fior.

Por su parte, Efrain Olivera, referente e integrante histórico de la Federación Emaús Uruguay, relató una parte de lo sucedido durante el invierno de 1963. "Hace 59 años ocurrió el naufragio. El hecho conmocionó a las sociedades de Argentina y Uruguay. Murieron más de 50 personas, algunos creen que la cifra de muertos llegó a 88. Algunas personas se ahogaron y otras murieron por el frío de las aguas”, contó. Agregó que fue “increíble” que el Abbé Pierre se salvara y que este momento fue crucial para el desarrollo del movimiento, porque de otra forma se habrían perdido todos los contactos y Emaús no habría podido ser lo que es hoy.

Para finalizar el espacio de memoria, las y los participantes se trasladaron a la explanada del hotel Argentino para destapar una obra en representación del naufragio, elaborada por la artista plástica uruguaya Cecilia Carriquiry. La artista explicó que la propuesta artística plantea "un diálogo entre el pasado, el presente y el futuro"; recoge lo sucedido en el naufragio e intenta establecer una conexión entre las generaciones actuales y futuras de Emaús a través de mensajes colocados en una "cápsula del tiempo", que se abrirá en la próxima asamblea mundial. 

Además, en el interior del hotel se dispusieron cuatro máscaras blancas inspiradas en los "cabezudos", un personaje del carnaval uruguayo, en representación de las cuatro palabras de inspiración de la asamblea. La propuesta es que a lo largo de los cuatro días en Piriápolis los participantes les den color a las figuras. Las y los participantes también celebraron la colocación de una placa en las inmediaciones del hotel en memoria del naufragio por las autoridades del Municipio de Piriápolis. 

La tarde del lunes continuó con una bienvenida de integrantes de Emaús de la región América. Entre los participantes estuvieron Efrain Olivera (Uruguay), Sergina Caller (Perú), Pepe Aravena (Chile), Erivania Queiroz Santiago (Brasil), quienes compartieron sus experiencias como integrantes de Emaús y contaron cómo fue el inicio del movimiento en sus respectivos países. 

El programa

En el resto de los días de la asamblea en Piriápolis se llevarán adelante una serie de talleres vinculados a las cuatro palabras de inspiración definidas para el encuentro. Entre el martes y el miércoles al mediodía los espacios de intercambio estarán destinados al fortalecimiento del movimiento. Se realizarán tres debates sobre la autosuficiencia de los grupos Emaús, animar el movimiento (formación, gestión e incorporación de nuevas personas) y una reflexión sobre el futuro de los modelos económicos para luchar contra la pobreza. Este primer capítulo responde a las palabras: existir e implicarse. Además de los debates, en esta parte habrá otros dos espacios de discusión. El martes por la noche se desarrollará el encuentro "Cuando existir es un riesgo" y el miércoles tendrá lugar la Asamblea General Extraordinaria. 

En la tarde del miércoles se inaugurará el siguiente capítulo de la asamblea: "Luchar contra las causas de la pobreza". La palabra de inspiración que estructura esta parte es "resistir". En este caso se abordará cómo hacer que se escuchen las voces de Emaús y cómo actuar juntos por la solidaridad internacional.

El tercer bloque de la agenda se estructurará en torno a la palabra "transmitir". Se desarrollará el taller: "Vivir nuestro legado" y el "Foro de luchas en Uruguay", un espacio para conocer movimientos sociales uruguayos, cuáles son sus problemáticas, desafíos y metas. 

El programa de la Asamblea Mundial cierra el viernes. Después de una serie de visitas de terreno, se presentará el informe mundial “Las voces de Emaús” en la Intendencia de Montevideo, con la participación del expresidente uruguayo José "Pepe" Mujica, la activista quechua y presidenta del Foro Internacional de Mujeres Indígenas, Tarcila Rivera Zea, y el relator especial de las Naciones Unidas sobre extrema pobreza y derechos humanos, Olivier De Schutter, que intercambiarán sus posturas sobre el informe y compartirán experiencias personales de sus luchas sociales

“Altas expectativas”

Integrantes de grupos Emaús de la región América expresaron gran alegría por el desarrollo de esta asamblea. "Es un desafío hacer la Asamblea Mundial en América, se intentó hacerlo en Brasil hace muchos años y no se pudo, que ahora se logre es algo grande. Estamos contentos", sostuvo Percy Vargas de Emaús San Agustín (Perú). 

Por su parte, María Elena Stechina de Emaús Resistencia (Chaco, Argentina) señaló que este encuentro es una gran posibilidad de que los representantes de grupos Emaús de Europa conozcan las realidades de América Latina que “son muy diferentes”. “Que se acerquen e intercambiar es muy importante, creo que se van a poder llevar otra visión de la región”, agregó Stechina.

Alfonsino Melillán de Emaús Temuco (Chile) señaló que tiene “altas expectativas” de esta asamblea y que espera de que de los espacios de debate, talleres e intercambios surja “un grito de esperanza y solidaridad con los pueblos originarios de la región” que han sido “despojados de sus territorios, asesinados, masacrados y discriminados”. 

En la misma línea, Amada Larenas de Urracas Emaús (Chile) sostuvo que una de sus expectativas de esta instancia en Uruguay es que el movimiento logre “aunar algunos elementos ideológicos que nos permitan ponernos de acuerdo en el rol de Emaús en la transformación social” y “cómo el movimiento asumirá las luchas contra las causas, los causantes y responsables de la pobreza a nivel mundial”.