Septiembre de 1988
La VI Asamblea Mundial define las orientaciones comunes a todo el movimiento.
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La VI Asamblea Mundial tiene lugar en Verona (Italia) y determina nuevas orientaciones y propuestas para el movimiento.
A ella acuden como observadoras varias asociaciones de África Occidental.
La década de los noventa
Surgen asociaciones de Emaús en África Subsahariana y en Europa del Este. Se van tejiendo lazos entre grupos del movimiento.
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Con la celebración de un coloquio de Emaús Internacional en Benín, en 1989, renace Emaús en África –la única asociación hasta entonces, de Ruanda, se había escindido–.
Los primeros grupos se encuentran en Benín (cerca de Porto Novo y de Cotonú) y en Burkina Faso.
1992
La VII Asamblea Mundial, en Colonia (Alemania) se centra en un debate sobre el tema «Con los pobres, constructores de una sociedad mundial solidaria».
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La caída del muro de Berlín, en noviembre de 1989, posibilita la apertura de Emaús hacia algunas asociaciones de Europa del Este.
Su asistencia como observadoras a la Asamblea anuncia la creación de grupos de Emaús en esta zona de Europa.
1996
Asamblea Mundial en torno al tema «Solidarios por la justicia».
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La sede de la UNESCO (en París) acoge la VIII Asamblea Mundial de Emaús Internacional, en la que se aprueban dos nuevos textos fundamentales. El primero, Carta de identidad y pertenencia, define los objetivos comunes, los derechos y los deberes de todas las organizaciones miembros del movimiento, y explica la originalidad de este.
El segundo, Compromisos solidarios, precisa los valores fundamentales del movimiento, enuncia los retos que plantea el mundo contemporáneo y propone líneas de actuación que propician el cambio.
Septiembre de 1999
Partiendo del tema «Emaús: podemos cambiar el mundo», la IX Asamblea Mundial de Emaús llama a las asociaciones miembros, y a toda la sociedad, a implicarse políticamente juntos.
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La IX Asamblea Mundial de Emaús Internacional conmemora el 50º aniversario del nacimiento del movimiento. La declaración final, Contra la mundialización de la pobreza, apela a la responsabilidad de cada ciudadano «en las asociaciones, en los movimientos de consumidores, en las empresas, en los sindicatos, en los partidos políticos».
Cada persona, en cada rincón del mundo, debe participar «activamente en un profundo cambio de mentalidad» y luchar «por una “mundialización de la solidaridad” […], por una economía que dé su lugar a los marginados y excluidos […], por la democracia en el mundo y contra la intolerancia religiosa, étnica o cultural».
2003
La Asamblea Mundial de Uagadugú supone un importante giro en la historia de Emaús Internacional. En ella se inicia el proceso de descentralización y, tras los debates en torno al tema «Juntos, actuar y denunciar», se aprueba una declaración final sobre el acceso de los más pobres a los derechos humanos fundamentales.
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La X Asamblea Mundial, en 2003, en Uagadugú (Burkina Faso), es de una importancia particular: es la primera Asamblea celebrada en un país «del Sur», modifica los estatutos en profundidad, afirma el papel político del Consejo de Administración, define el papel de las organizaciones regionales y nacionales en la línea de la descentralización y establece una nueva división regional.
Su declaración final recoge la observación de que en todas partes del mundo hay sectores de la población que sufren por no poder acceder a los derechos fundamentales.
Inmediatamente después de la Asamblea se aprueban tres ejes de trabajo prioritarios: el acceso al agua, las finanzas éticas y los derechos de los migrantes.
2005
Entra en vigor la nueva división por regiones según se había aprobado en 2003. Ahora el movimiento tiene cuatro: África, América, Asia y Europa.
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Emaús Internacional se divide ahora en cuatro regiones: África, América, Asia y Europa.
Estas tienen como misión principal defender el mensaje político de Emaús Internacional ante las autoridades públicas, caso de la Unión Europea en la región de Europa.
Las regiones, además, adquieren personalidad jurídica, radicada en un país de su territorio.
22 de enero de 2007
Fallece el Abbé Pierre, fundador del movimiento Emaús.
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Henri Grouès –conocido como el Abbé Pierre– fallece la mañana del 22 de enero de 2007 en el hospital del Val-de-Grâce, en París.
En Francia y en todos los grupos de Emaús se le dedica una semana de homenaje, llorando la pérdida de una «inmensa figura» de la lucha contra la pobreza. El acontecimiento halla su eco en la prensa mundial también. En el palacio de deportes de Bercy (París) se celebra una ceremonia el 25 de enero que reúne a 3000 personas procedentes de todo el mundo.
La ceremonia religiosa tiene lugar el 26 en la catedral de Notre-Dame de París, en presencia del Presidente de la República Francesa. Por deseo de la familia, la organización se salta el protocolo del clásico «homenaje nacional» y las dos primeras filas las ocupan compañeros de Emaús venidos de todo el mundo, por delante de las máximas autoridades del Estado. La ceremonia la siguen unos 1500 compañeros presentes en la catedral, miles de personas concentradas en la explanada exterior y millones de telespectadores.
Trascendiendo el duelo, Renzo Fior, entonces presidente de Emaús Internacional, llama a «proseguir por todo el mundo la acción emprendida en Francia en 1949». Según su voluntad, el Abbé Pierre es enterrado en un contexto íntimo, junto a Lucie Coutaz y Georges Legay, en el cementerio de Esteville, en Normandía (Francia).
Octubre de 2007
Se reconoce a Emaús Internacional como heredero universal del Abbé Pierre.
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Marzo de 2012
XII Asamblea Mundial, en Anglet (Francia), en torno al tema «Emaús, ¿una alternativa creíble en un mundo difícil?».
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En esta ocasión se reúnen en el País Vasco francés cerca de 480 miembros del movimiento, de los diferentes continentes. La Asamblea reafirma la solidaridad como el valor fundador de todas las acciones de Emaús Internacional.
La declaración final, «Un futuro mejor es posible», invita a los ciudadanos y a las sociedades a «volver a situar al ser humano en el centro de las preocupaciones, repensar nuestros estilos de vida y de consumo […] y exigir el acceso de todas las personas a los derechos fundamentales […]».
Hacia 2016 y la próxima Asamblea Mundial
Ocho años después de la partida de su fundador, y mientras el movimiento Emaús sigue desarrollándose, este decide reflexionar sobre cuáles son los valores comunes a todas las organizaciones miembros del mundo.
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