Emmaus International

thumb georges-legay-premier-compagnonFundador de Emaús:

En 1949, el Abbé Pierre conoció a Georges Legay, que se convirtió en el primer compañero de Emaús. La primera comunidad se creó en Neuilly-Plaisance.

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En 1947, el Abbé Pierre alquiló una gran casa deteriorada, situada en la ciudad de Neuilly-Plaisance, en la periferia este de París. Siguiendo sus ideales, abrió en ella un albergue juvenil internacional, destinado tanto a chicos como a chicas «cuyos padres se habían estado matando entre sí poco antes y que, ahora que había vuelto la paz, estaban descubriendo el grado de horror al que el ser humano había sido capaz de llegar».

En el otoño de 1949, el Abbé Pierre recibió una petición para que acudiera a socorrer a Georges, un antiguo preso que, desesperado, había intentado suicidarse. «Fue entonces cuando nació Emaús. Porque, sin pensarlo previamente ni calcularlo, hice, por decirlo así, lo contrario de la beneficencia. En lugar de proponer: “Como eres desgraciado, voy a darte un alojamiento, trabajo y dinero”, las circunstancias me llevaron a decir justo lo contrario. Lo único que pude responderle era la verdad: “Eres terriblemente desgraciado y yo no tengo nada que darte [...]. Dado que quieres morir, no hay nada que te lo impida. Pero ¿no te gustaría prestarme tu ayuda para ayudar a los demás?” [...] Si algún día olvidásemos esto, Emaús dejaría de existir. Porque, ante todo, se trata de decir a quien siente que es una molestia, a quien tiene la impresión de que no sirve para nada: “No tengo nada que ofrecerte aparte de mi amistad y de mi llamamiento para que compartas mi esfuerzo y, juntos, salvemos a los demás”».

Georges se convirtió así en el primer compañero. Muy pronto, la casa acogió a otros. De ese modo nació la primera comunidad Emaús.

En diciembre de 1949, unos días antes de Navidad, el Abbé Pierre dio cobijo a la primera familia completa, a la que habían desahuciado. En octubre de 1950, inauguró, junto con sus compañeros, el primer centro para el que contaban con un permiso de construcción. Además, compró otra parcela para levantar en ella nuevos hogares. 

Sin embargo, al no lograr la victoria en las elecciones de junio de 1951, perdió la asignación que recibía como diputado y de la que vivía la comunidad. En diciembre las arcas ya estaban vacías, así que decidió pedir limosna en las puertas de los teatros. Un compañero se enteró de su acción y le explicó que él había sobrevivido buscando en la basura objetos que pudiera revender. El Abbé confió en él y los compañeros fundadores del movimiento se convirtieron en traperos.

Como el dinero era escaso, el Abbé Pierre no dudó en levantar tiendas y construir alojamientos provisionales en parcelas que se encontraban en suelo no urbanizado y que, por tanto, eran baratas. Frente los representantes de la Administración que le pedían el permiso para construir alegaba su «permiso para vivir».

Con objeto de financiar sus iniciativas, en 1952 participó en el concurso Quitte ou double («Doble o nada») de Radio Luxembourg, en el que consiguió 256 000 francos, con los que compró un camión y más parcelas.

 

 

Par les maraudes qu’il effectue, l’abbé Pierre réalise l’urgence de la situation pour les mal-logésEl invierno de 1954:

Trabajando sobre el terreno con los sin techo, el Abbé Pierre se dio cuenta de la gravedad de su situación. Indignado y conmocionado por las circunstancias, el 1 de febrero de 1954 lanzó un llamamiento, que dio lugar a una gigantesca ola de solidaridad popular y a la ansiada reacción de los políticos, que impulsaron la construcción de viviendas.

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Oficialmente, en Francia había siete millones de personas que sufrían de problemas de vivienda. La acción de los compañeros de Emaús no era suficiente para resolver la situación, así que el Abbé Pierre planificó todo un programa de construcción, los «conjuntos de viviendas de emergencia».

En diciembre de 1953, su amigo Léo Hamon propuso y defendió un proyecto de ley para destinar a estos conjuntos mil millones de francos procedentes del presupuesto previsto para la reconstrucción, pero el Consejo de la República (la cámara alta del Parlamento francés) aplazó sine díe el debate sobre esta medida. El mismo día en que el Abbé Pierre se enteró de aquella decisión, tuvo conocimiento también de que en la noche del 3 al 4 de enero de 1954 un bebé había muerto de frío en el conjunto de Coquelicots, en un viejo autobús en el que su familia se había instalado. Inmediatamente, escribió una dura carta abierta al ministro de Vivienda, que asistió al funeral del pequeño ─unos «funerales de vergüenza nacional», según expresó el propio Abbé Pierre.

El Abbé y sus traperos recorrían las calles de París para repartir a los sin techo mantas y sopa y café calientes, al tiempo que el Ministerio del Interior endurecía las órdenes de desahucio.

En un reportaje radiofónico, el Abbé propuso la idea de la campaña de los «billetes de cien francos». El 31 de enero abrió sus puertas el primer «centro fraternal de ayuda» en la calle Montagne-Sainte-Geneviève, en París, al que siguió un segundo, en la ciudad de Courbevoie.

En la mañana del lunes 1 de febrero de 1954, el Abbé Pierre se enteró de que una mujer a la que habían desahuciado dos días antes había muerto de frío en la calle. Entonces redactó, en colaboración con su amigo Georges Verpraet, periodista parlamentario, el llamamiento que se leyó en primer lugar en la emisora de radio Paris-Inter y que ese mediodía repetirían aquellos dos hombres en Radio Luxembourg.

Escuchar el llamamiento del Abbé Pierre

Aquel llamamiento provocó inmediatamente una gigantesca ola de solidaridad popular, conocida como la «insurrección de la bondad», aunque el Abbé prefería calificarla de «insurrección de la inteligencia». Se recibió una avalancha de donativos para ayudar a los sin techo y, gracias a la extraordinaria influencia de la radio, el Abbé Pierre se convirtió en el símbolo de la «guerra contra la miseria».

El Gobierno siguió el camino que él había marcado: tres días más tarde, desbloqueó diez mil millones de francos para la construcción de diez mil viviendas de emergencia y votó una ley por la que se prohibía ejecutar desahucios en invierno.

A finales de junio de 1954, el Abbé Pierre lanzó Faim & Soif, una innovadora revista con la que pretendía concienciar a la opinión pública de estos problemas en Francia y en todo el planeta.

 

thumb lutte-contre-la-misereUn símbolo de la lucha contra la miseria en todo el mundo:

A partir de 1954, el Abbé Pierre recibió invitaciones de un sinfín de países para compartir con ellos su experiencia y se implicó en infinidad de combates contra la miseria.

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La prensa mundial se hizo eco de lo ocurrido en 1954. Todo el mundo quería conocer al hombre que había conseguido despertar a su país.

En marzo de 1956, Mohamed V, rey del Marruecos recién independizado, pidió a Emaús que lo asesorara para resolver el problema del chabolismo. Después de pasar un tiempo en el país, el Abbé Pierre declaró: «Aunque se tenga todo el dinero del mundo no se puede hacer nada sin seres humanos. Pero con seres humanos se puede hacer de todo, incluso dinero». Y recomendó formar a coordinadores para el medio rural. .

En su lucha contra la miseria, el Abbé Pierre recorrió todo el planeta.

En abril y mayo de 1955 viajó a Estados Unidos y a Canadá, por iniciativa del filósofo Jacques Maritain y con ocasión del estreno de la película Los traperos de Emaús. Allí se reunió con el presidente Roosevelt y con las máximas autoridades religiosas. Todo ello se vio reflejado en la prensa de varios países europeos.

En septiembre de 1956 habló ante 800 000 personas en Colonia (Alemania). También fue a los Países bajos y Portugal en 1957 y a Suecia, Bélgica y Austria en 1958.

Durante los meses de diciembre de 1958 y enero de 1959 visitó la India, donde una antigua amistad lo unía con los dirigentes y discípulos de Gandhi, fruto de batallas compartidas por el federalismo mundial y la lucha contra la miseria. Recorrió diez mil kilómetros de aquel país y pudo reunirse incluso con la Madre Teresa de Calcuta y con Nehru. 

Hizo escala igualmente en el Líbano, donde sus conferencias recibieron gran atención.

Entre julio y agosto de 1959 visitó la mayor parte de países de Sudamérica y algunas organizaciones basadas en el modelo de Emaús que se van formando. Allí tejió una gran amistad con Hélder Câmara, entonces obispo auxiliar de Río de Janeiro, quien compartía su cruzada en favor de los desheredados y se había erigido en defensor de estos ante las autoridades católicas de Latinoamérica y el Vaticano.

En 1959, el Abbé Pierre recibió una invitación para acudir a Suecia, donde las autoridades se sentían muy preocupadas por el considerable aumento de la tasa de suicidios entre los estudiantes universitarios. El Abbé Pierre los invitó a implicarse en el voluntariado internacional, tanto en la India como en Latinoamérica, y en las décadas posteriores repitió este mensaje ante los jóvenes de todos los continentes.<

Mientras se iban multiplicando las comunidades Emaús en Francia, el Abbé Pierre prosiguió sus encuentros y conferencias por todo el mundo: en Europa (Austria, Finlandia, Italia, los Países Bajos, Portugal, Suecia…), en África (Benín, Camerún, Costa de Marfil, Gabón, República Centroafricana, Senegal, Togo…), en Sudamérica (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay, Venezuela…), en Norteamérica (Canadá y Estados Unidos) y en Asia (Corea del Sur, Japón, el Líbano…).

thumb initiateur-emmaus-internationalEl impulsor de Emaús Internacional:

Durante sus viajes, el Abbé Pierre compartió la experiencia de Emaús y promovió la creación de grupos en numerosos países de Europa, Sudamérica y Asia. En 1963, tras lograr sobrevivir a un naufragio, comprendió que se necesitaba crear urgentemente una estructura que permitiera federar a todos aquellos grupos.

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El Abbé Pierre recorrió el mundo para compartir su visión y su experiencia dentro de Emaús, así como para fomentar la creación de numerosas organizaciones en el seno del movimiento.

Hasta el final de su vida, participó en todos los encuentros relevantes de Emaús Internacional (asambleas mundiales, consejos de administración) y visitó los grupos del mundo entero.