Emmaus International

Inspirador de los Foros Sociales Mundiales, este militante francés desde hace muchos años apoya la acción de Emaus y estará presente en el Foro. Aquí nos comparte su opinión sobre lo urgente que es crear alternativas en el sistema actual.
  • ¿Cuándo y cómo se cruzó su camino con el de Emaús Internacional?
Tuve la oportunidad de coincidir varias veces con el Abbé Pierre y en todas ellas quedé impresionado por su personalidad. Recuerdo cuando, a principios de los años ochenta, apoyó al CICP (Centre International de Culture Populaire), que estaba siendo atacado con vehemencia por una campaña de prensa porque acogía a un comité de ayuda a los refugiados italianos. También tengo un vívido recuerdo de cuando, en 1993, brindó su apoyo a los residentes que habían sido expulsados del número 41 de la Avenida René Coty de París, en una acción organizada por el DAL (Derecho a la Vivienda).

Y, por último, como antiguo presidente del CRID (Centro de Investigación e Información para el Desarrollo), he compartido camino con Emaús Internacional, que es miembro de esa red desde hace mucho tiempo.
  • ¿Qué le inspira el movimiento Emaús?

Me siento totalmente en sintonía con el movimiento Emaús. Valoro especialmente su actuación contra la pobreza y la exclusión, que parte de las personas pobres y excluidas. He podido comprobar, en las comunidades, la solidaridad y la colectividad. Me gusta la importancia que se otorga a la reconstrucción personal, a través del lugar que se da al trabajo y a las actividades que vinculan la subsistencia con el interés común y colectivo.

También me gusta que Emaús Internacional haga una renovación de las dinámicas de colaboración y construya relaciones de igualdad entre los grupos Emaús. Por último, practica una concepción tangible de la solidaridad internacional que le ha permitido ser partícipe directo de movilizaciones fundamentales —principalmente sobre las migraciones—, lo que supone otra gran virtud. 

  • A su parecer, ¿qué estrategias deben adoptar los movimientos sociales para tener peso en la correlación de fuerzas?

 Hay que establecer una conexión entre la urgencia y la construcción de alternativas. En la correlación actual de fuerzas, la urgencia consiste en resistir los cuestionamientos sociales, ecológicos y democráticos. La lógica mundial dominante, propagada en todos los países, acentúa la pobreza, sobre todo la pobreza extrema, las desigualdades y la discrimminación. Nos aproximamos a un mundo insufrible, un mundo en el que 67 personas, 59 hombres y 8 mujeres, poseen un patrimonio equivalente al de la mitad de la humanidad.

La resistencia exige tomar conciencia de este escándalo absoluto. Pasa por una urgencia, la de cuestionar la hegemonía cultural del neoliberalismo, de la lucha contra la acumulación descarada de riqueza y poder. Esa resistencia cultural e ideológica es necesaria para crear alternativas.Las alternativas son posibles y muy numerosas. En todos los ámbitos territoriales: el personal, el local, el nacional con otras políticas y el mundial. Eso es lo que demuestra Emaús con sus comunidades y movimientos. Es lo que busca el movimiento altermundista que define las alternativas a partir de sus rechazos: el rechazo al ajuste estructural y a la crisis de la deuda implica otra organización del mundo, otros emplazamientos.La alternativa es una transición social, ecológica, democrática y geopolítica.

La propuesta de transición conlleva un compromiso prolongado; significa un nuevo replanteamiento del “Grand Soir”, del paso brusco del capitalismo a un sistema que lo sustituya. Tienen que producirse ciertas rupturas y revoluciones indispensables. Sin embargo, es improbable que las nuevas relaciones sociales de superación del capitalismo se construyan en las sociedades capitalistas actuales. Esa preconfiguración da todavía más sentido a las alternativas.

  • ¿Qué puede aportar una dimensión internacional a las luchas? ¿Las alianzas internacionales pueden tener peso y agregar valor?

La dimensión internacional de las luchas resulta crucial, es la prolongación de las luchas locales, nacionales, en las grandes regiones y mundiales. Es indispensable porque la sociedad actual es mundial y la globalización neoliberal es dominante. Las luchas se llevan a cabo a todos los niveles, pero para comprender la situación y liderarlas, no se puede descuidar la dimensaión internacional. La dimensión internacional resulta necesaria para comprender el mundo en toda su diversidad y riqueza humana y social.

También es un requisito para estar a la altura de los desafíos. De hecho, hay cuestiones que no se pueden comprender y abordar sin tener en cuenta su dimensión mundial, como, por ejemplo, el clima o las migraciones. Las propuestas solo pueden concebirse en respuesta a su dimensión mundial, aunque las acciones se tengan que llevar a cabo a todos los niveles.

  • ¿Qué estrategias se le ocurren para implicar a la sociedad civil? ¿Cree que nos encontramos en una era de renovación de los movimientos sociales? ¿Qué sucede con el relevo generacional?

Las alianzas que deben construirse dependen, de hecho, de las estrategias y las situaciones. En la situación actual, se puede pensar en grandes alianzas en torno a la estrategia de defensa de los derechos individuales y colectivos, que agrupen a las personas que están de acuerdo con la defensa de esos derechos: los movimientos sociales y ciudadanos, los colectivos de base, los agentes de la economía social y solidaria, las empresas locales y las empresas públicas implicadas en los servicios públicos y la defensa del interés general.

La participación de las nuevas generaciones es una cuestión vital. El relevo generacional atañe más a los cambios culturales que a la edad. En comparación con las generaciones anteriores, esa participación combina los aspectos individual y colectivo de una forma diferente. Se están gestando nuevas formas de radicalidad.¿Qué es lo que se abre paso actualmente? El movimiento por los derechos de las mujeres se multiplica y cuestiona unas relaciones sociales milenarias; recibe una enorme resistencia y violencia, pero el movimiento continúa, está solo en sus inicios. La concienciación ecológica es una revolución filosófica que obliga a replantearse todas las propuestas de transformación de las sociedades. La tecnología digital y las biotecnologías obligan a reconsiderar el lenguaje y la escritura y desafían el cuerpo humano.

La segunda fase de la descolonización, la de la liberación de los pueblos tras una independencia de los Estados que ha mostrado sus límites, cuestiona la relación entre las naciones y los Estados y pone de relieve las identidades múltiples. La cuestión migratoria cuestiona el poblamiento del planeta. Desde esta perspectiva es desde donde que hay que pensar en la renovación a largo plazo de los movimientos sociales.

© Flickr - Licence cc-by-nc