Juan Melquiades es uno de los responsables de la asociación Emaús Piura (Perú) y, desde el pasado mes de abril, es también vicepresidente de Emaús Internacional. Juan nos cuenta los retos que tiene ante sí.
¿Cuál ha sido tu trayectoria dentro de Emaús?
Iniciamos un trabajo social mi mujer, Carmen, y yo en el año 1986 sin conocer Emaús con el nombre de Comunidad de Amor, recibiendo jóvenes a vivir con nosotros en nuestra casa y recogiendo ropa, alimentos y enseres entre amigos que luego donábamos a las familias de escasos recursos. En 1990, conocimos por un artículo de una revista sobre Urracas Emaús Chile, les escribimos y ellos nos respondieron animándonos a afiliarnos al movimiento. Ese mismo año nos visita Brigitte de Emaús Internacional con Manuel Gavilán de Chile y nos asesoran para formalizar nuestra laborar y constituirnos legalmente, adoptando nuestra escritura pública con el nombre de “Comunidad Traperos Águilas Emaús Piura”.
Desde entonces, formo parte del equipo de responsables de la comunidad que actualmente está compuesto por 8 personas.
También asumí el cargo de delegado nacional en la Federación Emaús Perú, he sido consejero mundial de Acción Política y Solidaridad Internacional (APSI) y consejero de Emaús Internacional en el periodo anterior y actualmente reelegido como vicepresidente del movimiento.
¿Qué te animó a convertirte en miembro del Comité Ejecutivo / vicepresidente?
Me animó en primer lugar mi sentido de pertenencia a los valores del movimiento, mi convicción de que es posible vivir con lo dignamente necesario y compartiendo lo que somos y lo que hacemos.
Por otro lado, me animó el hecho de poner al servicio del Comité Ejecutivo mi experiencia y mi trabajo con la reflexión en aras de mantener vigente nuestro movimiento en la sociedad actual.
El cargo de vicepresidente lo asumo teniendo claro que es un cargo de servicio y de calidad para lo cual estoy poniendo todos los medios para desempeñarlo con eficiencia y transparencia.
¿Qué proyectos o tareas te parecen los más importantes para Emaús?
En primer lugar, mantener vivo el legado social y político del Abbé Pierre, mantener vivos los valores que promovemos en coherencia entre nuestro discurso y nuestras prácticas.
Fomentar en todos los espacios nuestra propuesta de implementar el sistema solidario en esta sociedad capitalista que excluye a las personas y depreda el medio ambiente.
Asumir nuestro rol en la planificación e implementación de las diversas tareas que nos encargan los grupos con las resoluciones de la Asamblea Mundial.
Animar al cumplimiento de los compromisos de los grupos fomentando una buena comunicación e información de la gestión y la economía.
Animar los espacios de encuentro e intercambios de compañeros y compañeras.
Predicar con el ejemplo.
