Emmaus International

Después de numerosos países como la India, Brasil, Chile y el Líbano, Estados Unidos viven a su vez un estallido de disturbios civiles. Como siempre, las autoridades estatales justifican la violencia de las actuaciones policiales con la supuesta violencia de los manifestantes y se basan en los destrozos y saqueos cometidos por unos pocos para justificar la represión de la inmensa mayoría de los protestatarios no violentos.

Si bien los daños y las exacciones cometidas son excesos reprobables, Emaús Internacional desea reafirmar algunas verdades que los y las gobernantes deberían tener bien presentes:

  • La primera fuente de revuelta popular son las desigualdades y las discriminaciones. Nuestro fundador, el Abbé Pierre, explicó muchas veces que no se debe invertir el orden de las responsabilidades: «Antes de la violencia activa siempre está la violencia pasiva de quienes poseen y son los primeros criminales cuando no actúan en favor del progreso humano de los demás» (Conferencia en el Palacio Deportivo de Toulouse, 11 de mayo de 1976);

  • La responsabilidad de la existencia de desigualdades y discriminaciones recae ante todo en los Estados y en los más privilegiados. Las desigualdades se han intensificado de forma significativa en las últimas décadas, mientras el crecimiento económico se iba concentrando ampliamente en una pequeña parte de la población*. Esta situación no es una fatalidad, sino el resultado de decisiones políticas, por lo que la represión de la población no puede de ninguna manera ser legítima mientras no se le permita acceder plenamente a los medios que garanticen su dignidad y su realización;

  • La ley y la orden solamente se pueden restablecer con justicia social, de ninguna manera con violencia policial o militar;

  • La pobreza, las desigualdades y las discriminaciones se cobran muchas más vidas al año que las epidemias. Los recursos económicos puestos a disposición para afrontar las consecuencias de la Covid-19 muestran claramente que el poder político puede actuar cuando lo considera necesario

Emaús Internacional insta a los y las dirigentes de todos los países a poner fin a la violencia principal, es decir, las desigualdades extremas, y a no permitirse responder con violencia a las legítimas reivindicaciones de las poblaciones más pobres y discriminadas.

* («Debido a las desigualdades crecientes y pronunciadas a nivel nacional desde 1980, el 1% de mayores ingresos a escala global recibió el doble de ingresos que el 50% más pobre», resumen del Informe sobre la desigualdad global 2018, Word Inequality Lab).

 

Crédito de la foto: Guillermo Rubio