Emmaus International

Luis Tenderini, Consejero de Emaús Internacional para la región de América, nos cuenta cómo se ha agravado la situación económica y social en la mayoría de los países de Sudamérica desde el inicio de la crisis sanitaria y cómo se han acentuado las desigualdades entre clases sociales. Se centra especialmente en los problemas de acceso de la población a la vacuna.

Copyright : Fundación Cuna Nazareth, Peru

En una región donde ya existen contrastes sociales inmensos, la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 ha ampliado y profundizado esos contrastes. Después de un año de pandemia, la situación en la mayoría de los países latinoamericanos sigue extremadamente grave, sin perspectiva de mejora. Los pueblos que viven en las periferias de las grandes ciudades, los pueblos que viven en los Andes de Perú y en las florestas amazónicas de Brasil y Colombia en este año de pandemia han sido profundamente afectados en sus condiciones de vida, perdiendo lo mínimo que les permitía vivir, aunque en condiciones de pobreza.

Al mismo tiempo hay datos e informaciones que confirman que los dueños del capital financiero han podido aumentar sus lucros, aprovechando la crisis. En países como Chile, Colombia, Perú, Paraguay, Brasil, el desempleo ha alcanzado niveles nunca antes vistos. Solamente en Brasil, son 15 millones de trabajadores desempleados y 40 millones que viven subempleados, buscando su supervivencia a través del pequeño comercio informal. El confinamiento obligatorio para protegerse del virus ha provocado un agravamiento de las fragilidades de las poblaciones vulnerables, que han perdido su poder adquisitivo. Y al mismo tiempo, se ha producido un aumento de precios de los alimentos de primera necesidad, aumentando la situación de pobreza y hambre en todas partes de los países latinoamericanos. Además de todo eso, en casi todos los países, la corrupción contribuye a agravar la situación, privilegiando a las clases ricas, que pueden comprar las vacunas, y privando de acceso a una atención sanitaria básica a quienes más lo necesitan. La situación de la pandemia alcanza datos trágicos en Brasil. Más de 300.000 muertos, es decir, 3 500 cada día, hospitales en colapso por falta de camas e insumos hospitalarios, personas muriendo por falta de oxígeno… Y lo más triste es saber que el gobierno local es el principal responsable de esta situación, por no haber tomado en tiempo útil todas las medidas necesarias para hacer frente al avance del virus. El proceso de aplicación de las vacunas sigue en muchos países, pero a un ritmo muy lento que no consigue impedir el avance del virus.

Todo este cuadro está generando la profundización de las desigualdades sociales en todos los países latinoamericanos, llevando a las poblaciones más pobres a una situación de extrema pobreza y miseria.

Al mismo tiempo, esta situación está promoviendo muchas iniciativas de solidaridad popular, con la distribución de alimentos y material de higiene.

Luis Tenderini,
Consejero de Emaús Internacional para la región de América