Emmaus International

Desde 2013, la ciudad de Sao Paulo (Brasil) mantiene una política muy innovadora en relación con los migrantes, que son considerados como una fuente de riqueza para la ciudad. Paulo Illes, coordinador de las políticas migratorias de la ciudad, que participa en el seminario “Gobernanza alternativa de las migraciones", nos la explica.

¿Cuál es la política de la ciudad de Sao Paulo en lo que respecta a las migraciones, o la acogida de los migrantes?

Desde 2013, con la creación de la Coordinación de Políticas para Migrantes, en el ámbito de actuación de la Secretaria Municipal de Derechos Humanos y Ciudadanía de São Paulo, la ciudad mantiene una postura innovadora y única en el país. Por primera vez, hay una preocupación por la articulación de las políticas públicas específicas para la población inmigrante que vive en la ciudad. Y además: por primera vez hay un cambio de paradigma, de la seguridad nacional a los derechos humanos. La ciudad de São Paulo pasa a considerar a los inmigrantes como sujetos de derecho, que participan activamente en la construcción de la ciudad, donde deben integrarse en su totalidad.
De tal manera, la Coordinación de Políticas para Migrantes (CPMig) actúa de forma transversal, intersecretarial y participativa, siempre en consonancia con las demandas de la población inmigrante. Son dos los instrumentos que estructuran su acción: la Meta nº 65 del Programa de Metas Municipal – Crear e Implantar la Política Municipal para Migrantes – y la 1ª Conferencia Municipal de Políticas para Inmigrantes. El objetivo es no solo garantizar sus derechos, sino también darles instrumentos para que puedan desarrollar su autonomía.

¿Por qué le parecen interesantes las alternativas propuestas por Emaús Internacional? 
(Libertad de circulación, organización de una conferencia internacional sobre las migraciones bajo los auspicios de las Naciones Unidas, ratificación de un nuevo tratado internacional sobre las migraciones que no se refiera a los migrantes únicamente como trabajadores, sino como personas que deben tener acceso a sus derechos fundamentales.)

Las alternativas propuestas por Emaús son interesantes porque mantienen la crítica a la criminalización de la migración y a la óptica de la seguridad, además de proponer un debate acerca de la migración a nivel internacional, abarcando el tema como responsabilidad universal. Defender la libertad de circulación es fundamental para que los derechos de los migrantes sean garantizados y para que sean reconocidos no solo como mano de obra que ha de ser captada, sino como miembros de las localidades, a las que también tienen mucho que contribuir cultural y socialmente.

¿Por qué le parece que el tema de las migraciones se debe tratar a nivel internacional? 

Si se supone que la migración debe ser entendida bajo la óptica de los derechos humanos, es necesario garantizar que el tema sea tratado a nivel internacional. Esto se hace necesario una vez que todos están implicados: sea como países que reciben flujos de migrantes, como países que producen esos mismos flujos o como países que sirven apenas de ruta para estos desplazamientos. El debate a nivel internacional debe mantenerse considerando la migración como un fenómeno histórico complejo, y no solo como responsabilidad de aquellos que son receptores de los flujos, una vez que los derechos de la persona estén siempre garantizados. Solo es posible actuar de manera holística si consideramos la migración como fenómeno no solo histórico, sino también actual, y que la movilidad humana es un derecho de todos.

 

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