Emmaus International

Joséphine Ouédraogo, socióloga burkinesa, ministra en Burkina Faso, nos da su visión de Emaús, de la lucha contra la pobreza y del lugar que deberían ocupar los más excluidos.

Josephine-Ouedraogo¿Cuál es su visión de Emaús?
Emaús es un movimiento mundial cuyo principal objetivo es restaurar la dignidad de los hombres y mujeres «pobres» que se sienten excluidos de la sociedad. En Emaús, todos dan sentido a su vida en el seno de la comunidad a través del trabajo, la entrega y el compartir.
Lo que me impresionó en la visión que el Abbé Pierre dio a Emaús es el liberar a los pobres del torno de la miseria moral y material en la que les encierra la sociedad.
Una persona a la que se percibe como miserable pierde su dignidad y a menudo se la considera como «un don nadie».Por eso los ricos de todos los continentes se creen siempre «superiores» a los pobres. En las comunidades Emaús, el que llega siendo desfavorecido y rechazado encuentra un lugar, una función, un papel, una identidad. El movimiento Emaús ofrece un nuevo estatus a cada uno de sus miembros al darles la posibilidad de ofrecer su talento, su energía y su tiempo para sacar a otras personas de la miseria.

¿Qué lugar deberían ocupar los más excluidos en la lucha contra la pobreza?

¿Qué significa «luchar contra la pobreza»?
Todos los participantes del desarrollo, movilizados a través de la comunidad internacional, están comprometidos desde hace décadas en la lucha contra la pobreza mediante una gestión que desgraciadamente es vertical, lineal. Consiste en financiar o realizar políticas, proyectos y programas en los países y en las comunidades «pobres». Se puede decir que esta gestión global ya ha fracasado, cuando consideramos los resultados mediocres obtenidos en el balance de la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2015.
Esto no es sorprendente ya que el sistema que crea riquezas es el mismo que provoca pobreza y exclusión. En términos concretos, las estrategias aplicadas para suministrar agua potable y electricidad a cada hogar, para permitir a una categoría de la población ser propietarios de un bien inmueble, tener acceso a créditos inmobiliarios y a capitales de creación de empresas, poder financiar la educación y la formación para los niños, etc… Estas mismas estrategias crean indirectamente barreras que impiden a una amplia categoría de la población tener acceso a la educación, a la salud, a la vivienda, al empleo, al crédito, etc. Por esta razón la brecha entre los más ricos y los más pobres no hace más que ampliarse en la mayoría de los países.

¿Quién son los «pobres» y quiénes los «excluidos»?
En las condiciones descritas aquí arriba, los pobres son sencillamente los excluidos del sistema de enriquecimiento y de desarrollo que gobierna el mundo.
El desafío por tanto no es el de buscar la mejor forma de luchar contra la pobreza intentando mejorar las estrategias actuales, sino más bien controlar el sistema que genera riquezas y privilegios para unos y empobrecimiento y exclusión para otros. Tal enfoque solo es posible si los «pobres y excluidos» se recuperan, se conciertan, se hacen reconocer como ciudadanos y buscan vías de expresión y de influencia en cada país y a nivel regional y mundial. Es el sentido estratégico que yo otorgo a la construcción y a la utilización del «mensaje político».

¿Cómo ve el futuro de Emaús?
Desde que me impliqué activamente en la dinámica de algunos movimientos sociales, a través de la aparición del movimiento campesino en Burkina Faso en los años 80, las luchas de algunos grupos de Enda Tiers Monde muy activos en América Latina y la organización del Foro Social Mundial, siento cierta preocupación, que por desgracia se justifica con los hechos: cuando los movimientos sociales se institucionalizan, pierden su fuerza de cambio social.
Las comunidades de Emáus, sobre todo las que aparecieron en África, no tendrían que perder progresivamente su carácter sociopolítico estancándose en la organización y elaboración de proyectos con procedimientos tecnicistas que consideran la pobreza como una tara de la que hay que librarse por todos los medios.
Emaús debe permanecer fiel a sus ideas originales, a su visión de la pobreza como oportunidad para que el hombre encuentre su valor intrínseco, su dignidad y su riqueza moral, y no quedarse sumido en la caducidad material.

¿Cuáles son los desafíos a los que Emaús deberá hacer frente?
Emaús debe seguir trabajando para mantener su orientación inicial, que transmite un mensaje de « dignidad » y de « solidaridad » a los que se sienten pobres y excluidos.
Habrá que hacer todo lo posible para evitar encarcelarse en las estrategias de desarrollo clásicas que hacen hincapié en la ayuda, las inversiones sociales o económicas y el enfoque vertical, estrategias promovidas por aquéllos que se creen expertos en la lucha contra la pobreza.
Estos retos son aún más importantes para las comunidades de Emaús África.

5 de abril de 2016