Si la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el clima ha sido un mazazo para la comunidad internacional, son ante todo los más pobres los que pagarán un precio alto. Dentro del Movimiento Emaús Internacional, el cambio climático ya es una dolorosa realidad para muchos grupos. En la India, hacen frente a episodios de sequía que se ha convertido en crónica, obligando a cientos de miles de agricultores y a sus familias a vender ganado y tierras antes de huir a las ciudades. En Perú, decenas de miles de personas han vivido los estragos de las inundaciones y los aludes de lodo provocados por las lluvias torrenciales, que han destruido sus casas y sus medios de subsistencia. En mayo de 2017, nuestros grupos y el Movimiento lanzó un llamamiento de urgencia para prestar ayuda a 4 000 familias que se encuentran ahora sin techo.
La experiencia del Movimiento Emaús Internacional en todo el mundo muestra que la contaminación vinculada a la industria fósil y todos sus productos derivados, sobre todo los plásticos, así como a los transportes afectan sobre todo a los más necesitados y a los pobres en su vida cotidiana y sus derechos fundamentales. En Estados Unidos, la reactivación de la economía del petróleo, del gas y del carbón no aportará ninguna solución sostenible a las desigualdades sociales ni medioambientales. Al contrario, confiscará más tierras en beneficio de los proyectos de extracción o de infraestructuras. Familias enteras serán expulsadas de sus hogares y los empleos precarios que les ofrezcan no les permitirán reubicarse. El grupo Emaús H.O.M.E., con base en Maine, ya gestiona una situación crítica, recompra tierras para construir en ellas pequeñas casas destinadas a alojar dignamente a los sin techo.
Llegará el momento en el que la justicia reconozca la obligación de luchar contra el cambio climático y de proteger a los más vulnerables de sus consecuencias. Entonces, el presidente Trump y todos los líderes políticos que prefieren el enriquecimiento inmediato de una minoría a una vida sana y digna para todos los de - más tendrán que rendir cuentas sobre su decisión.
Mientras tanto, los Jefes de Estado y de gobierno que tengan la intención de respetar los compromisos ad - quiridos en diciembre de 2015 en París solo tienen una opción: volver a colocar las soluciones locales llevabas a cabo por los más vulnerables en el centro de las estrategias de transición. El acuerdo de París no será una realidad efectiva sin esta condición.
El Movimiento Emaús Internacional apela a los responsables a reaccionar sin concesión contra el egoísmo de Estado y a volver a dar a los más desfavorecidos y a los pobres un lugar relevante en sus sociedades, por sus iniciativas de reciclaje, agroecología, artesanía local y valorización comunitaria y sobria de los recursos naturales y energéticos.
¡Que los derechos humanos ocupen el corazón del trato del cambio climático!
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