Director del Centro Abbé Pierre-Emaús, Philippe Dupont también es militante por los derechos humanos. El 7 de septiembre cruzará el estrecho de Gibraltar a nado con otros miembros de Emaús, para concienciar sobre el Artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
¿Por qué participar en esta travesía para el Artículo 13?
En 2015, cuando supe que dos responsables de comunidades Emaús habían cruzado el estrecho de Gibraltar para defender el Artículo 13, les pedí participar. Esta campaña de defensa del Artículo 13 iniciada por Emaús me estimula mucho. Conozco a muchas personas que han huído de la pobreza y de la guerra en condiciones espantosas. Pude compartir su día a día en el Centro Abbé Pierre de Emaús Esteville (pueblo donde vivió y está enterrado el Abbé Pierre). Actualmente me encargo del seguimiento social de una familia de georgianos que tuvo que irse de su país tras la guerra de Abjasia y conozco las trabas administrativas inhumanas que tuvieron que soportar. Practico la natación con regularidad y he pensado en vincular mis hábitos deportivos con mi compromiso militante. Como director del lugar de memoria del Abbé Pierre, conozco bien la historia de nuestro fundador: él nos enseñó la importancia de las acciones simbólicas para generar cambios. Un mundo justo no se construye solamente firmando peticiones, también hay que poner algo de su parte...
¿Cómo te has organizado para preparar esta travesía?
Para entrenar hace falta tiempo. Y cuando trabajas para Emaús, no tienes mucho tiempo libre. Así que me organicé para ir en bicicleta, correr y nadar con regularidad. Cada vez que me desmoralizo, me digo: "esfuérzate un poco más o no vas a conseguir cruzar el estrecho". Y cuando veo mi progreso, confío en mi capacidad para realizar la travesía. En abril de 2017 participé en un entrenamiento colectivo en Saint-Etienne. Nadamos 4 horas en la piscina, éramos 6 junto con Alain Gómez, uno de los dos responsables que cruzó el estrecho en 2015, quien nos dio buenos consejos. Vi que los demás nadadores tienen muy buen nivel: mis compañeros tienen un físico muy preparado, una capacidad pulmonar impecable y una moral de acero. Cada semana me llevo una bofetada a nivel térmico. Nado bordeando la costa para no correr riesgos, porque estoy solo. A veces no hay nadie nadando y llueve. Cuando nado cerca de los acantilados, las gaviotas y los cormoranes vienen a ver qué pasa. En Dieppe, tras 2h30 de entrenamiento, me costó subir la pendiente de piedras para recuperar mi ropa, porque tenía los pies fríos y es difícil caminar sobre las piedras. Así que acabé gateando para pasar desapercibido. Pero un hombre acudió corriendo creyendo que me encontraba mal e insistió para ayudarme y llamar a una ambulancia, aunque yo estaba en plena forma.
¿Más allá del reto físico, vuestro grupo es un lugar de diálogo?
Leo con atención los mensajes del grupo Artículo 13. Es gratificante constatar la movilización colectiva para los migrantes. Aprovecho para documentarme sobre ello y conocer en profundidad el tema. El 7 de julio organicé una jornada de apoyo en la comunidad Emaús de Grande-Synthe. Éramos 8 voluntarios y empleados del Centro Abbé Pierre de Emaús para distribuir comida a las personas que viven en el bosque de Puythouck en condiciones indignas (enlace al reportaje fotográfico). Hubo encuentros muy afortunados con los kurdos iraquíes. ¡Me voy a lanzar al agua por ellos!
Personalmente, me indigna la falta de asistencia estructural a personas en peligro en nuestro país; y lo mismo ocurre con los migrantes, los menores en peligro, las personas sin hogar, los enfermos psiquiátricos, los toxicómanos o los presos... Si no tienes dinero y no estás sano, la vida es muy dura, incluso cruel. Hay que reconocer que la sociedad abandona a los más vulnerables a su suerte demasiado a menudo.
¿Esa es la filosofía del Abbé Pierre que te da alas?
El cruce del estrecho de Gibraltar es una extraña aventura. Si no hubiera trabajado para Emaús, nunca se me habría ocurrido embarcarme en semejante travesía. El Abbé Pierre nos mostró el camino para hacer lo que no se suele hace y alcanzar nuestra meta: "construir un mundo más justo, ayudando primero a los más excluidos".
