Emmaus International

Michel Conus es el presidente del Comité de Amigos de Emaús de Berna, que viene realizando actividades voluntarias (recogida, clasificación y reventa) desde 1956 ininterrumpidamente. Conus nos habla de estos sesenta años de trabajo y de los retos que le esperan al Comité de Amigos, que, a partir de 2017, se convertirá en una comunidad preparada para recibir a compañeros.

Entrevista realizada el 17 de octubre de 2016

¿Cómo nació el Comité de Amigos de Emaús de Berna?

Berne 1956El llamamiento que lanzó el Abbé Pierre en el invierno de 1954 tuvo una importante repercusión en Suiza, especialmente entre los círculos católicos y los medios de comunicación de las zonas francófonas. Por aquella época, yo era boy scout y recuerdo que, poco después de aquel discurso en Francia, recaudamos dinero por las calles, llamando la atención con grandes cacerolas de campaña y pancartas con el mensaje «Para el Abbé Pierre», que habíamos fabricado con nuestras propias manos. Pero la actividad de Emaús en Berna no comenzó en realidad hasta 1956. Por aquel entonces, el abad Joseph Candolfi, obispo auxiliar de la diócesis de Basilea, invitó al Abbé Pierre a dar una conferencia, que este pronunció el 6 de febrero de aquel año, con el título La misère juge le monde («La miseria juzga al mundo»), ante una audiencia de unas 1700 personas. Cinco días más tarde, con una temperatura de -20 °C, varios jóvenes se reunieron para ir en camión a los barrios de la zona conocida como la Basse-Ville, donde visitaron a familias y personas aisladas en situación precaria con el fin de entregarles combustible, mantas y ropa de abrigo. Ese fue el principio de Emaús Berna, cuya actividad ha continuado hasta hoy.

¿En qué consiste vuestra actividad y cómo funciona el Comité?

Desde hace sesenta años, el Comité de Amigos de Emaús de Berna se mantiene exclusivamente gracias a voluntarios. Solo reciben salario unos cuantos conductores, por cuestiones relacionadas con los seguros. En la actualidad, nuestro Comité cuenta con sesenta miembros, de los cuales treinta están en activo. La mayoría de nuestros voluntarios llevan muchísimo tiempo colaborando y hoy tienen entre setenta y cinco y ochenta años de edad.
Recogemos y recibimos donaciones de muebles, ropa, vajilla o cuadros, que clasificamos y restauramos cuando es necesario. A continuación, los vendemos en nuestra tienda de antigüedades de la calle Bahnstrasse y en nuestro comercio Montagslädeli, situado en el callejón Rathausgasse. Todos los beneficios obtenidos sirven para financiar acciones solidarias en Suiza o en otros países.

En estos sesenta años ¿ha cambiado el aspecto de la ciudad?

En 1956 a los habitantes del casco antiguo de Berna les llevábamos carbón, madera y ropa. Hoy, en cambio, en esta zona hay viviendas lujosísimas. Tampoco la pobreza resulta tan visible como antes. En Suiza ya no se encuentra a nadie durmiendo en la calle: durante la noche, se asiste y se aloja a la gente en albergues. Sin embargo, en nuestras tiendas seguimos viendo a personas que pasan por graves dificultades y vienen a hacerse con lo que necesitan.

¿Cómo han ido evolucionando a lo largo del tiempo vuestras iniciativas y vuestras prácticas?

Nuestra actividad de recogida, reparación y reventa para los proyectos solidarios no ha cambiado nada en los últimos sesenta años. Hemos llevado a cabo algunas acciones puntuales, como repartos solidarios de comida o participación en grandes manifestaciones, pero hoy en día concentramos nuestros esfuerzos en nuestra principal actividad, con el objetivo de financiar iniciativas solidarias.
En la ciudad de Berna hay 31 tiendas de antigüedades, lo que dificulta cada vez más nuestro trabajo. Por si fuera poco, los muebles que recibimos ya no son tan antiguos o de tanta calidad como antes, por lo que no atraen tanto a los anticuarios, y la competencia de Internet permite a familias de ingresos modestos acceder a ropa y mobiliario nuevos por un precio apenas algo superior al que ofrece Emaús. 

El Comité de Amigos se apoya fundamentalmente en los voluntarios. ¿Qué es lo que lleva a estas personas a adquirir un compromiso tan grande?

SAM 0474Lo que motiva a los voluntarios es lo que yo llamo «el espíritu Emaús». Quieren apoyar la filosofía Emaús. Saben por qué están aquí: desean generar beneficios que permitan financiar proyectos solidarios.  
Cada año, destinamos entre 20 000 y 40 000 francos suizos (que equivalen a entre 18 000 y 37 000 euros, aproximadamente) a iniciativas solidarias. Gracias a eso, podemos financiar pequeños proyectos, de entre 2000 y 5000 francos suizos (de 1800 a 4500 euros, más o menos). Desde 2008, hemos dedicado 300 000 francos suizos (277 000 euros) a proyectos solidarios. En Suiza, colaboramos con la Villa Maria, un albergue organizado por monjas y situado cerca de nuestros locales, donde se ofrece alojamiento a mujeres en situación de dificultad y, en ocasiones, maltratadas. En el ámbito internacional, hemos financiado, por ejemplo, la excavación de varios pozos en África y el desarrollo de una actividad de piscicultura en Costa de Marfil o de una iniciativa de cría de conejos en Benín.
Los voluntarios se sienten muy orgullosos de comprobar lo que se consigue gracias a su trabajo y a su implicación. Por eso, damos prioridad a aquellos proyectos solidarios cuyo impacto sea tangible. Para nosotros fue un verdadero placer participar en el programa Nokoué de Emaús Internacional para garantizar el acceso al agua y a los servicios de saneamiento en Benín.

¿Recuerdas algún momento especialmente importante en la historia de este Comité de Amigos?

Sin duda alguna, destacaría el año 2007. Fue entonces cuando recibimos el Prix Social de la Ville de Berne (Premio Social de la Ciudad de Berna), que nos aportó una pequeña suma de dinero y, sobre todo, un inmenso honor y una enorme sorpresa. Aquel galardón era el reconocimiento a nuestro trabajo y a nuestra acción.

Vuestra actividad no ha cesado ni un momento desde hace sesenta años. ¿Qué balance hacéis del trabajo realizado?

Berne 2016 2En Suiza, son pocas las instituciones que han conseguido mantenerse durante tanto tiempo, sobre todo cuando la actividad depende tan solo de voluntarios. Creo que podemos afirmar que nos sentimos orgullosos del trabajo realizado y del reconocimiento que hemos logrado. Por ejemplo, nos emociona enormemente haber podido contar con la presencia de representantes de la Confederación, del cantón, de la ciudad, de Emaús Internacional y de Emaús Europa en la celebración de nuestro sesenta aniversario. Todo ello da sentido a nuestra acción y nos impulsa a continuar.

Más allá de vuestra actividad cotidiana, ¿hacéis un trabajo de reivindicación ante vuestros políticos para que luchen contra las causas de la pobreza?

En Suiza es muy difícil realizar una labor de incidencia política. Es algo que, en realidad, no forma parte de nuestra cultura. Sin embargo, las ventas que organizamos para financiar iniciativas solidarias brindan la oportunidad de sensibilizar a las personas implicadas acerca de los temas que defendemos.

Después de sesenta años trabajando, ¿qué proyectos y retos se plantea para el futuro el Comité de Amigos de Emaús de Berna?

¡En los próximos meses nos esperan importantes desafíos! La mayoría de nuestros voluntarios tienen entre setenta y cinco y ochenta años y cada vez contamos con menos miembros en activo que puedan dedicar tiempo a la actividad del Comité. Por eso, en diciembre de 2015 tomamos la decisión de convertirnos en una comunidad para garantizar la continuidad de la actividad de Berna, un grupo histórico para el movimiento. Aquello supuso un antes y un después para los voluntarios. El fin de una época. Pero creemos que ha llegado el momento de pasar el testigo. No obstante, estaremos muy atentos para garantizar que esta comunidad siga siendo un lugar de acogida, de creación de vínculos sociales, donde los voluntarios puedan reunirse regularmente. Nuestros locales actuales no están preparados para albergar a compañeros, así que hemos encontrado otra sede para el futuro. En las próximas semanas nos entregarán las llaves de las nuevas instalaciones.  Después, tendremos que adaptarlas y vender la casa en la que se encuentra actualmente el Comité de Amigos. La actividad de la comunidad arrancará con cuatro o cinco compañeros, pero a largo plazo prevemos contar con unos veinte. Nos gustaría comenzar nuestra actividad a principios de 2017, pero todo dependerá de cómo vayamos avanzando. Ya hemos contratado a una responsable, que en estos momentos se está formando en la comunidad Emaús Colonia.

Berne 2017