El pasado 7 de marzo, los habitantes de la localidad de Kinto (Benín) celebraron la llegada del agua potable, durante la inauguración de la red de abastecimiento. Ahora ya tienen acceso al agua 90 000 personas, gracias al programa piloto que Emaús Internacional viene llevando acabo desde 2006.
Emaús Internacional y la asociación autóctona Emaús Pahou vienen desarrollando desde 2006 un programa de acceso al agua potable y al saneamiento en el lago Nokoué, en el sur de Benín, en África. El 7 de marzo se inauguraron las instalaciones en la aldea de Kinto, la última de las 9 localidades incluidas en el programa. En este lugar ha sido más difícil localizar acuíferos de agua dulce que en otros, lo que explica que estas obras se hayan ejecutado en último lugar. Sin embargo, ante la insistencia de los lugareños, en particular de las mujeres, que tenían que recorrer kilómetros cada día para ir a buscar agua, se han realizado nuevos peritajes, consiguiéndose localizar fuentes de agua dulce.
A la inauguración acudieron autoridades y representantes locales y europeos, proveedores de fondos del programa, asociaciones de Emaús francesas y beninesas, representantes de Emaús Internacional y habitantes del lago. Los diferentes discursos subrayaron «la calidad del programa», «la implicación de todos», «la importancia del compartir y de la solidaridad» o «el papel de las mujeres». En la ceremonia también hubo lugar para algunos números y representaciones que prepararon los habitantes del lago, sobre las cuestiones de la promoción de la higiene y el saneamiento o el cambio de hábitos, que ocuparán las próximas etapas del programa.
El ejemplo de Kinto demuestra lo necesario que es implicar de lleno a la población autóctona en las decisiones del programa. Sin ella, por ejemplo, jamás se habrían encontrado las fuentes que alimentan hoy la red de abastecimiento. Esa es la razón por la que el programa Nokoué, al tiempo que iba creando las infraestructuras, ha prestado asesoramiento a una asociación formada por los habitantes, con el fin de que estos mismos gestionen de manera colectiva el recurso del agua y las instalaciones y asuman su papel junto a las autoridades del lugar.
En esta última fase del programa, el objetivo es proseguir el trabajo de educación para la higiene y reforzar las capacidades de los miembros de la asociación de habitantes, que es la garante del éxito y la sostenibilidad del programa.
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