Emmaus International

Massimo Barberis es originario de Torino y hoy es compañero de la comunidad Pointe Rouge en Marsella. Sus diversas experiencias en Italia, en Benin y en Francia lo acercan cada vez más a lo que el llama, la “filosofía Emaús”.

Cuando primero le hablamos de Emaús no le sonaba mucho. Cuando le aludimos el termino solidaridad, le tocó el corazón. Para su primera Asamblea mundial, Massimo Barberis habla con el corazón y con la generosidad contagiosa de los que quieren cambiar las cosas.

 MG 4862 bd¿Como empezaste a ser compañero?
Empecé a trabajar como compañero en Zagarolo, cerca de Roma, en la recogida, las entregas, los muebles; vivíamos todos en la misma casa, una hermosa experiencia de familia, todos juntos. Y un día, me hablaron de África, del Benin, de Cotonou y le pregunté a Nino, el encargado de mi comunidad en Roma, si era posible que yo viva esa experiencia allá,  y todo Emaús Italia me apoyó para poder participar. Me fui a África, conocí, ayudé a personas, miré la pobreza con mis propios ojos; estar con niños que me pedían agua potable me impactó. Aquí usamos el agua como algo banal, allá es vital. Allá, conocí a franceses y me dieron ganas de viajar a Francia, ya que Emaús es una institución francesa y si quería conocer su filosofía tenia que viajar a Francia, aunque sin saber hablar francés y sin saber nada. Ahí empezó la barrera de la lengua pero poco a poco, me dije que no era un problema frente a las dificultades que podemos enfrentar en la vida, es diferente de Italia pero no es grave. Hice una primera experiencia en Arles de cuatro meses que me permitió asistir a la Asamblea mundial de este año. Es mi primera experiencia de Asamblea mundial.

¿Dónde vives ahora?
Ahora soy compañero en Marsella. Me propusieron convertirme en algún momento en responsable pero no sé si es lo que quiero en mi vida. Todos hablan de solidaridad pero te doy un ejemplo, ayer a una señora en el comedor les dolía las piernas entonces agarré su bandeja para guardarla, y me preguntaron “¿por qué haces esto?” Para mi la solidaridad es ayudar a las personas que lo necesitan el momento preciso, entonces para mi es más fácil ser compañero para trabajar en la solidaridad. Creo que puedo tener más confianza siendo un compañero, no tendré más confianza siendo responsable, al nivel humanitario es más fácil como compañero.

Es tu primera Asamblea mundial, ¿te parece que el lado político del movimiento es diferente a tu trabajo en el campo?
Si, es complicado. Por ejemplo, ayer estaba en un taller que hablaba de despertar conciencias y nuestra encargada lucha para que los compañeros y la gente salgan en la calle a manifestar, para que otras personas puedan conocer a Emaús y sepan que una asociación se mueve para el bien. Para mi es importante, hay que salir en las calles; hay muchas asociaciones, y si todos los compañeros y los voluntarios salen a manifestar, las personas se preguntaran “¿quienes son?”. Tenemos que ir a buscar la gente para que empiecen a actuar y no seguir diciendo que “tenemos que actuar” sino encontrar el valor de salir. Necesitamos soluciones concretas para hacer cosas, eso es lo que me encanta de mi comunidad y de ser compañero.

¿Que representa para ti la figura del Abbe Pierre?
El Abbe Pierre reunió el valor de despertar conciencias y es un ejemplo para mi y muchas personas. Lo comparo a un personaje como Gandhi, como aquellas personas que cambiaron el mundo. Sigo su herencia y me acerqué a la filosofía del Abbe Pierre. Quiero seguir el camino de la solidaridad y ayudar a los demás. Le tengo una gran admiración porque dedicó su vida entera a esta causa, era alguien increíble.

Tú que has vivido diferentes experiencias fuertes en Emaús, en Italia, en Benin y en Francia ¿qué vinculo ves entre estos tres países, el Abbe Pierre, Emaús y la solidaridad?
Es el ser humano. Me pienso primero como un ser humano y luego como un compañero. Cuando hablo con un responsable, hablo principalmente con el como hombre y luego como responsable. Quiero ante todo que me respeten como hombre. El Abbe Pierre era ante todo un ser humano, cambió muchas cosas también pero ante todo se trata del humano. En África, en Italia o en Francia conocí a muchos hombres, son compañeros, responsables o voluntarios, pero lo que va a unir Emaús, son los hombres y las mujeres.

¿Finalmente, como piensas que se puede luchar contra la pobreza hoy?
Todos los ricos deberían parar de pensar en ellos mismos. Para eso, digo que si todos salen en las plazas para despertar conciencias, es también para que aquellos ricos puedan meter a disposición una pequeña parte de su dinero para ayudar a luchar contra la pobreza. Necesitamos de una toma de conciencia de todos para ayudar a África y a todos los países que lo necesitan. Esto es lucha para mi, solos no podemos nada, tenemos que juntarnos para tratar de cambiar el mundo.