Emmaus International

Graziano Zoni, gran figura del movimiento Emaús en Italia y a nivel internacional, nos ha dejado. Patrick Atohoun, Presidente de Emaús Internacional, expone su testimonio sobre las luchas y la personalidad de Graziano.

¿Qué relación tenías con Graziano?

Conocí a Graziano cuando era joven y trabajaba en el arzobispado de Cotonú, en los años ’80. Como presidente de la asociación Mani Tese, Graziano conocía bien el continente africano. De hecho, había conocido al Abbé Pierre en Assise y después entablaron una amistad. De alguna manera, Graziano era el emisario del Abbé Pierre en África. Gracias a él, el Abbé Pierre conoció al Monseñor de Souza en Benín y Emaús se recuperó en el continente africano en los años ’90.

¿Cómo ha contribuido al desarrollo de Emaús Internacional?

Graziano fue miembro del CA y del CE de Emaús Internacional de 1995 a 2000 , participando de esta manera a todas las reflexiones. Apoyó la afiliación de varios grupos africanos al movimiento.
Igualmente, fue pionero en el envío de contenedores, un programa que permite a los grupos europeos de Emaús enviar contenedores con materiales a África y América Latina. Graziano tenía una visión particular de la solidaridad. No le gustaba la idea de los “proyectos” de solidaridad, que en su opinión mantenían un cierto nivel de dependencia del “beneficiario” frente al “financiador”. Prefería hablar de “acciones”, en las que cada persona podía desarrollarse plenamente de manera autónoma.
Ante todo, Graziano tenía mucha confianza en el ser humano. Independientemente de su cultura y de su pasado, él veía algo bueno en cada persona. Pensaba que las personas excluidas no debían tirar la toalla y animaba a la gente a seguir avanzando.

¿Qué luchas defendía?

Su visión de la “convivencia” siempre me ha impresionado. A Graziano no le gustaba la discordia, era alguien muy pacífico. Allá donde iba, velaba por que la gente hablara para solucionar los conflictos.
También se implicó en la justicia social. Es él quien promovió el desarrollo de acciones de microcrédito en el movimiento Emaús. Creía que era necesario dedicar mayores recursos y encontrar un lugar para esta actividad, que permitiría a las personas más excluidas tener una actividad económica y reconquistar sus derechos.
Detrás de sus actuaciones había una verdadera visión política. Dedicó mucho tiempo a redactar los artículos de fondo de la revista de Emaús Italia.

¿Con qué te quedas de esta persona?

Graziano forma parte de esas personas discretas que han aportado muchísimo al movimiento y que han defendido sus valores sin cesar. Sus aportaciones siempre fueron muy constructivas. Siempre he admirado su capacidad de actuar en el interés del movimiento Emaús y de hablar en nombre de Emaús.
También recuerdo que fue él quien me animó a presentarme como Presidente de Emaús Internacional. Me formó y me acompañó en este proceso. Me decía que tenía que mostrar que África tiene valores y competencias y que yo tenía que representarlas.

 

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