Emmaus International

María Cristina de Urquiza, Delegada Nacional de Emaús Internacional Argentina y Directora de la Casa del Niño de Emaús Burzaco, describe con seriedad y precisión la desigualdad de clases en su país y las percepciones de la población en tiempos de confinamiento y pandemia.

En Argentina cursamos ciento cincuenta días de aislamiento social obligatorio desde el 19-03-20 como única medida de protección ante la pandemia de Covid 19 que azota a la humanidad. Como sociedad hemos internalizado el discurso del miedo que impone un encierro, a ciegas. Ante esta situación, hemos perdido todas las certezas, vivimos en estado de incertidumbre.

EMMAUS 072 WEBPerdimos las rutinas y el beneficio que ellas dan al ritmo de la vida, cumplimos con la orden de no vincularnos como única alternativa para conservar la salud. Hay tristeza en la calle y la pregunta que los ciudadanos nos hacemos en silencio es: ¿Esto es estar vivo?

Si pensamos a la sociedad dividida en afortunados y desafortunados, como verdad constatable, podemos comprobar que las reglas generales de la cuarentena afectan de modo muy diferente según en qué orilla del río de la vida estemos ubicados.

Hay una población afortunada, laboral y sanitariamente protegida, con posibilidad de permanecer comunicada a través de la tecnología con viviendas confortables que los albergan. Reúne todas las circunstancias que permiten cumplir con el aislamiento social obligatorio, frente a otra población desafortunada que no puede ejercer sus trabajos informales, que no tiene resguardada la atención de la salud, carece de tecnología adecuada para comunicarse y vive en condiciones habitacionales precarias; todas ellas circunstancias que hacen muy difícil respetar el confinamiento social. Esta población desfavorecida vive el rigor de la cuarentena en su más cruel expresión.

Al infortunio de sus carencias, los sectores afortunados y el gobierno mismo les adjudican la responsabilidad del contagio. Son los que aumentan la curva de infectados, los que no cumplen, los que hacen fracasar el plan instalado. Un plan que los ha ignorado sistemáticamente a través del tiempo y de los gobiernos en lo laboral, sanitario, habitacional y educativo.

El pronóstico de Argentina, extendido a la región América, es un horizonte signado por más del 50% de pobreza para sus habitantes, pobreza que nunca nos fue ajena: falta de trabajo, hambre, desnutrición, hacinamiento habitacional, delincuencia… pero que en el futuro veremos redoblada.

La Región América ya imagina el compromiso de su presencia en esta geografía. Todos tenemos como tarea pensar cuál será el rol de Emaús en este nuevo contexto post pandemia, de algún modo similar a la posguerra que motivó al Abate Pierre en los tiempos fundacionales.

María Cristina de Urquiza
Delegada Nacional de Argentina
Directora de la Casa del Niño de Emaús Burzaco