¿Conocen la historia de Louis Harenger, el compañero de la comunidad Emaús de Neuilly-sur-Marne que dio la vuelta al mundo en bicicleta para descubrir las comunidades y a los compañeros Emaús del mundo entero que dedican su vida a las personas más vulnerables? El acabó publicando su experiencia en el libro «La planète des pauvres», con un prefacio del Abbé Pierre.
Salió de su comunidad el 2 de marzo de 1997 para recorrer en bicicleta, con las maletas llenas de materiales, Francia, España o Portugal, de donde se dirigió en avión hacia Brasil. En Sudamérica volvió a subirse a su bicicleta para recorrer el continente y, varios meses más tarde, tomó un vuelo hacia Nueva York, Boston y, más adelante, hacia Canadá. Meses de encuentros y aventuras, en los que le marcaron las formas de solidaridad que descubrió hasta en los lugares más afectados por la pobreza. Figura calurosa y amable, Louis fue bien acogido en cada etapa de su viaje, aunque también experimentó momentos duros y complicados en su camino.
Emmanuelle Larcher, su ángel de la guardia, con quien se le ocurrió la idea, lo siguió y guio en todas sus etapas, en una época en la que aún no existían los móviles ni Internet. Ella lo acompañó a lo largo de todo su periplo, compartiendo y publicando los testimonios que le iba enviando. Cada noche, Louis dedicaba un momento a grabarlo todo en su magnetoscopio y, con la ayuda de Emmanuelle y de la entusiasta editorial Editions n°1, acabó publicando su experiencia en el libro «La planète des pauvres1», que salió a la venta en 1999, con un prefacio del Abbé Pierre.
Después de dos años de viaje, cuando aún le quedaban dos continentes por recorrer, le comunicó a Emmanuelle que se quedaba a vivir en Brasil con Socorro, la mujer que conoció durante su etapa en grupo Emaús de Fortaleza y con quien acabaría su aventura más bella: la de su vida.
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Fragmento del libro «La planète des pauvres1»
«Pensaba que estaba solo en mis recorridos, pero al cabo de estos dos años me doy cuenta de la existencia de todos estos seres, muchos de los cuales acabarían siendo mis amigos. A veces, amigos por un momento, lo que dura el instante de un empujón por una cuesta complicada o un café caliente bajo la lluvia, pero que estarán siempre presentes en mi memoria.
Todos ellos forman una cadena humana de compañeros en este planeta de los pobres. Sus sonrisas valen todo el oro del mundo y su única riqueza es la solidaridad. Porque no tener nada que perder ¡es una riqueza!» Louis Harenger
1N. de la T. En español: El planeta de los Pobres. Traducción no disponible.
Libro disponible únicamente en versión francesa e italiana.
