París, 20 de octubre de 2021

Ya no podemos tolerar la ausencia ni el desentendimiento de los Estados a la hora de buscar soluciones que garanticen la justicia social y la protección de las personas más vulnerables.

Ya no podemos tolerar el debilitamiento de los derechos y la asimetría que concede privilegios económicos a las grandes empresas, favoreciendo su impunidad, en detrimento de los derechos y las libertades de las personas.

Ya no podemos tolerar la privatización de los bienes comunes, que conlleva —entre otras cosas— limitar el acceso de las personas más desfavorecidas a los recursos y destruir nuestro medio ambiente.

Constatamos que la crisis sanitaria mundial ha agravado las desigualdades y la situación de pobreza en el mundo.

La pobreza no es una fatalidad, sino el resultado de decisiones políticas. Por eso, reafirmamos nuestros tres requisitos:

• Involucrar a las personas vulnerables para que tengan un lugar de pleno derecho en la sociedad.
• Situar el interés general en el centro de las políticas públicas
• Construir una economía que esté realmente al servicio del ser humano y de su entorno

Pedimos a todos los grupos Emaús que apelen a la ciudadanía para apoyar nuestros requisitos firmando nuestro llamamiento y nos comprometemos a interpelar a la clase política en todas partes, para que garantice el respeto de los derechos fundamentales, el bienestar de las poblaciones y el interés general.

Acoger con dignidad a las personas vulnerables independientemente de su sufrimiento es tanto una práctica como un principio fundador del movimiento Emaús, así como un requisito previo para que una persona excluida encuentre un lugar de pleno derecho en la sociedad. Permitir la libertad de circulación y de residencia de las personas, independientemente de su nivel de vida o país de origen, es el corolario de este principio.

Desgraciadamente, asistimos de nuevo a la brutalidad y a la violencia de las políticas de exclusión y criminalización de las personas exiliadas. El Consejo de Administración expresa el respaldo de Emaús Internacional a los tres militantes de Calais (Francia) que han empezado una huelga de hambre para exigir que el Estado francés ponga fin al desmantelamiento casi diario de los campamentos de personas exiliadas y a la confiscación de sus bienes. Este gesto poco común es el resultado de la creciente inhumanidad de las políticas migratorias y del empeño de la clase política francesa y europea en convertir a las personas exiliadas en chivo expiatorio, en lugar de implementar los cambios radicales necesarios ante un sistema que ha demostrado claramente ser disfuncional.

Ante la pobreza, ¡exigimos acoger y compartir!