Indignado por la malsana inercia del Gobierno francés y por la incapacidad de su ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, para dar, de una vez por todas, respuestas que estén a la altura de la crisis humanitaria de Calais, el presidente de Emaús Francia ha decidido, después de celebrar una reunión con dicho ministro, romper relaciones con el Ejecutivo en nombre de todo el movimiento Emaús.
«Hay una ley que está por encima de cualquier otra cuando se trata de ayudar a un ser humano que no tiene ni techo ni asistencia ni pan: saltémonos todas las leyes».
Abbé Pierre
El Gobierno francés se niega, consciente y deliberadamente, por ceguera o por maldad, a adoptar decisiones que reconozcan la dignidad y los derechos fundamentales de las tres mil personas que se encuentran bloqueadas en estos momentos en Calais, en condiciones insoportables y vergonzosas para nuestra República.
Cada día, las personas implicadas en el movimiento Emaús, especialmente las de las comunidades de la región del Norte-Paso de Calais, acompañan a los migrantes para brindarles ayuda y apoyo. Al mismo tiempo, junto con nuestras asociaciones colaboradoras, seguimos llamando la atención y alertando a las autoridades acerca del tremendo desfase que existe entre los míseros recursos aportados y los que en realidad se necesitan, dada la situación actual.
Lo más desconcertante es oír cómo los representantes del Gobierno se congratulan por la creación del centro de acogida Jules Ferry, pese a que saben que en él apenas hay espacio para un número ínfimo de mujeres y niños, lo que obliga a miles de personas a dormir en el exterior, en campos que se encuentran en condiciones deplorables.
El invierno se acerca y es evidente que en los próximos días Calais vivirá una catástrofe de proporciones gigantescas.
Nuestra prioridad sigue siendo la lucha política a favor de la apertura de las fronteras con el Reino Unido y la renegociación de los acuerdos bilaterales de Touquet. Condenamos la posición que durante la reunión ha seguido defendiendo firmemente el ministro, que insiste en rechazar tal solución, esgrimiendo la teoría infundada del «efecto llamada».
Lamentamos que la acogida digna —es decir, el ofrecimiento de al menos un techo, comida, asistencia y acompañamiento social— sea una cuestión que se «regatee» y se negocie con mezquindad.
Siempre nos negaremos a «hacer una selección» entre los que sufren, agonizan y mueren de hambre.
Emaús declara definitivamente la guerra a esta política punitiva, criminal y destructiva.
No estamos dispuestos a servir de coartada para una catástrofe que se ha organizado cínicamente en las más altas esferas del Estado, y denunciamos este intento de instrumentalización de las asociaciones.
El aumento de los extremismos en nuestro país hace ahora más necesario que nunca demostrar coraje político para ganar el combate de los valores.
El movimiento pasa a la resistencia activa. En adelante, el Gobierno deberá asumir en soledad las consecuencias humanas de su irresponsabilidad política.
Thierry Kuhn, presidente de Emaús Francia
Ver la Declaración (en francés)
