Emmaus International

Político de Benín, Albert Tévoedjré es también un militante comprometido con el acceso de todos a una vida digna. En 1984 publica La Pauvreté, richesse des peuples (La pobreza, riqueza de los pueblos), que será el punto de partida de una larga amistad con el Abbé Pierre.

Usted tiene una larga historia de amistad con el Abbé Pierre. ¿Cuándo lo vio por primera vez?

Mi primer recuerdo del Abbé Pierre se remonta a 1952, cuando él había venido a Dakar. En 1954, yo era estudiante en Toulouse y escuché en directo su llamamiento en la radio. En aquella época no lo conocía personalmente, pero me marcó mucho ese llamamiento de un joven sacerdote, por la valentía que tenía. El Abbé Pierre tenía un don de comunicación excepcional.
En 1977, publiqué mi libro La Pauvreté, richesse des peuples. El libro emocionó al Abbé Pierre, y me contactó, a través de uno de sus amigos sacerdotes que estaba en Montbéliard, para invitarme a la Asamblea Mundial de Emaús de 1984. Me marcó mucho su determinación a ayudarme cuando publiqué el libro.

¿Qué le marcó del Abbé Pierre, ya sea de su personalidad o de su visión?

Su visión política fue lo que más me impresionó, basada en la idea de que la prioridad deben ser los que más sufren, que «urge compartir». Yo intenté trasladar estos principios a mi propia acción. He desarrollé e hice llegar la idea de un «mínimo social común» en Benín, con la convicción de que debemos hacer todo lo posible para que todo el mundo tenga como mínimo acceso al agua, a la comida, a la educación o a una vivienda. Que los derechos fundamentales de todos sean respetados. El Abbé Pierre decía «llega un punto en el que alguien tiene que decir no», y eso es lo que yo he intentado hacer. Su valentía, su compromiso y su capacidad para decir no es lo que me inspiró.
También me marcó muchísimo su fe. El Abbé Pierre quería poner en práctica el Evangelio. Creo que no hay que distorsionar la acción del Abbé Pierre. Actualmente tendemos a dejar de lado el hecho de que él era ante todo un Hombre de fe. Quiero rendir homenaje a su compromiso personal y espiritual, ya que eso es lo que alimentó su combate.

¿A usted le inspiró en su acción?

El Abbé Pierre me animó a entrar en política. Me decía: «¡tiene que ir a donde se toman las decisiones!». Me apoyó en la creación de mi propio partido político, «Nuestra causa común», o cuando fui candidato a las elecciones presidenciales, a veces incluso contribuyendo de su propio bolsillo.
Yo siempre he sido un militante cristiano comprometido, con la idea de que el desarrollo pasaba por la solidaridad, que solo podíamos esperar la paz si permitimos a la base desarrollarse. Mis ideas se reforzaron y se avivaron cuando conocí al Abbé Pierre.

abbe pierre albert tevoedjre

¿Cuál era su visión del continente africano, y cómo pensaba él que podíamos apoyar su desarrollo?

No tenía una visión particular de África. Era un ciudadano del mundo, con una visión realmente universal, y era eso lo que me impresionaba. Evitaba la visión paternalista. Lo que le importaba era poder dar a cada uno la oportunidad de realizarse, mostrar que había que tomar a las personas tal y como son, y que se podía volver a poner a los Hombres de pie, aun cuando algunos los consideraban como «desechos», marginados sociales.
Por eso fue un honor para mí recibir un pasaporte de ciudadanía universal por parte de Emaús Internacional, en 2013.

Usted contribuyó al resurgir de Emaús en África. ¿De dónde surgió esta voluntad?

El desarrollo del continente africano avanza sin ton ni son. Emaús es un Movimiento que presta atención a los que más sufren, lo que en África representa una urgencia cotidiana. Es un modelo económico que respeta al Hombre y respeta también el medio ambiente. Son bases sólidas sobre las que apoyarse.

En 1990 usted militó por la vuelta de la democracia en Benín, con el apoyo de Emaús y de una parte de la sociedad civil. ¿Por qué era importante que Emaús participara en esta campaña?

Era importante que participáramos en la recuperación del Hombre. No podemos desarrollarnos si rechazamos al otro, si negamos al otro. Había que levantar a los que más sufren.
Entonces llevamos a cabo esta campaña, «Por la renovación democrática en Benín». Buscamos amigos que compartieran nuestras ideas, hasta alcanzar una masa crítica de apoyos que permitieron el triunfo de la democracia. El Abbé Pierre se implicó personalmente en esta lucha, asumiendo riesgos, entrevistándose con los responsables políticos.

Emaús Internacional actúa «tras los pasos del Abbé Pierre», enfrentándose a las causas de la miseria por medio de la incidencia política. Usted que ha asumido responsabilidades políticas, que es también militante, ¿qué piensa de esta forma de luchar contra la pobreza?

Una de las formas de luchar contra la pobreza es dar ejemplo, y eso es lo que el Abbé Pierre hizo a lo largo de su vida. El Abbé Pierre fue durante mucho tiempo la personalidad preferida de los franceses en las encuestas. Emaús es una multitud de personas que han dejado un nombre, y elegimos seguir el camino del Abbé Pierre para ir con él. Hay que saber subirse a la espalda de los que nos han inspirado para conseguir ver más allá.

Hace ahora más de 28 años que Emaús resurgió en África. En su opinión, ¿Emaús ha ayudado a la población a tomar conciencia de sus derechos? ¿Cuáles son las perspectivas y los desafíos para Emaús en África?

Creo que la llegada del agua potable al lago Nokoué a través del programa llevado a cabo por Emaús Internacional es un éxito magnífico. Esta acción tiene un efecto multiplicador, es como una nueva economía que se pone en marcha. No sólo la población tiene ahora acceso al agua potable y al saneamiento, sino que también ha comprendido que podía tener la capacidad de resolver los problemas por ella misma, y que tenía los medios para desarrollarse.