Emmaus International

Activa desde más de 20 años en la asociación Emaús Kudumbam, en India del Sur, Poppy John Xavier cree firmemente que el trabajo colectivo constituye la base de los valores de solidaridad y de respeto. La fuerza del movimiento Emaús, según ella, es una semilla para el futuro.


poppy BDEs con una sonrisa jovial que Poppy John Xavier nos explica que Kudumbam significa familia en lengua tamul. Una denominación que tiene sentido para ella cuando menciona la dimensión que esa organización, creada por Oswald Quintal en 1982, cumple, y cuyos objetivos de trabajo son luchar contra la pobreza gracias al desarrollo de una agricultura sostenible y responsable, luchar para un uso responsable del agua y un retorno a las técnicas de agricultura ancestrales, entre otros.

Se junta al equipo de Kudumbam en 1994 como documentalista, y luego, en el 2010, se convierte en administradora de la granja ecológica Kolunji, coordinando varios tipos de proyectos de la asociación que van desde el ecoturismo hasta los derechos de las mujeres. Consciente de las fuertes desigualdades sociales en un país también removido por el cambio climático, provocando el desecamiento de las tierras agrícolas y un fuerte aumento de la malnutrición, insiste en la importancia de conseguir soluciones rápidas y productivas a través del trabajo en común y del acceso a la educación. Hace referencia al Abbé Pierre y a los fundamentos mismos de los valores defendidos hoy por Emaús: el compartir y la solidaridad. Para ella, el “valor de la solidaridad en el trabajo colectivo es fundamental, ya que el trabajo es la expresión de la solidaridad y, afirmarlo a través del respeto entre las personas deja aparecer la unicidad en todos; cada uno posee su propio conocimiento y desde este punto de vista todo el mundo es igual.

Un ámbito de trabajo que hoy, como asistente de dirección de Kudumbam, le permite coordinar varios programas, como por ejemplo el proyecto Vidivelli que permite a niños en situación de extrema pobreza acceder a una educación y al aprendizaje de prácticas de agro ecología. Clara y comprometida en transmitir la importancia de esos valores en su trabajo cotidiano, concluye que “los derechos humanos pasan por la educación, porque facilitan una mirada común que permite ocasionar cambios colectivos. Las mujeres también deben acceder a la educación, han de poder emanciparse y compartir sus conocimientos.